La represión de la prensa libre 2.0: Vladímir Putin contra los medios digitales
Internet era el único espacio en Rusia en el que la prensa tenía posibilidades de ser libre de verdad. Los lectores lo sabían y eso dio más credibilidad a los diarios digitales. Sin embargo, la parte rusa de internet, conocida como runet, nació condenada: el Kremlin ejerció su poder político, limitando la libertad de la red y coartando cualquier posibilidad de convivencia.
TEXTO: DARIA GAVRÍLOVA* / REDACCIÓN: FLORENCIA ESPEL
No es ningún secreto que, en la Rusia moderna, el periodismo tiene que funcionar en las condiciones de ausencia de libertad de palabra: no se puede publicar información positiva sobre el colectivo homosexual o negativa contra el presidente. Vladímir Putin tiene carisma y no tiene miedo a utilizar los medios de comunicación federales para dejarlo claro.
A lo largo del siglo XXI, la televisión federal en Rusia ha mantenido la reputación de no ser más que una herramienta de la propaganda gubernamental. El hecho que marcó el principio de la época de control total del Kremlin sobre la televisión fue la usurpación de NTV.
En el año 2000, NTV era el canal privado más grande y popular del país. Sus programas tenían un carácter moderno y abierto, los periodistas abordaban todos los temas que les parecían importantes y hablaban sobre el poder desde puntos de vista distintos, no solo con pura admiración.
Por ejemplo, uno de los programas más populares de este canal era “Kukly” (en ruso: “Куклы”), que en español se traduce como “Muñecos”. Era un programa satírico: muñecos con las caras de los políticos rusos del momento representaban situaciones cómicas. Frecuentemente, los muñequitos presentaban el poder de manera abiertamente crítica.
Vladímir Putin se convirtió en presidente de Rusia por primera vez en mayo de 2000. Los creadores de “Kukly” no tardaron en convertir al exagente de la KGB en un muñequito de su peculiar programa. Uno de los episodios, que contó con la participación de este “miniPutin”, fue llamado “Klein Zaches”, en homenaje a un cuento de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann sobre un enano feo, mentiroso, maligno y peligroso.
Pero NTV no solo se reía de Putin: investigaba los casos políticos más importantes; por ejemplo, trató de esclarecer quién orquestó las explosiones en las viviendas de Moscú en 1999, que mataron a la periodista Artyom Borovík y otros casos similares. El caso más importante fue la cobertura independiente de la Segunda Guerra Chechena.
En otras palabras, NTV en 2000 era un canal de televisión profesional, crítico y responsable. Putin, al asumir su nueva posición de líder nacional, hizo lo posible para que los medios de comunicación fueran leales a su poder.
El 11 de mayo de 2000, los empleados de la Fiscalía General allanaron la oficina central de la empresa Media-Most, propietaria de NTV. Cabe recordar que Putin asumió la presidencia tan solo cuatro días antes.
El 13 de junio, Vladímir Gusinsky, propietario de Media-Most, fue detenido. Para liberarse, Gusinsky firmó un contrato con la empresa estatal de petróleo, Gazprom, traspasando el 25 % de las acciones de su imperio mediático y, por supuesto, NTV.
El 31 de marzo 2001, en el centro de Moscú, miles de personas participaron en la protesta a favor de NTV. El 3 de abril se celebró una reunión de accionistas de Media-Most en la que se traspasaron todos los cargos administrativos del canal. Los puestos de director y vicedirector fueron otorgados a personas leales a Putin.
En respuesta, los periodistas del canal publicaron una carta abierta en la que acusaron directamente a Putin de tratar de eliminar la libertad de palabra en el país. El símbolo del canal fue cambiado por la palabra “¡Protesta!”.
En la noche del 13 al 14 de abril tuvo lugar la usurpación a la fuerza del canal: los policías entraron al edificio y echaron a todos los periodistas que se encontraban allí protestando. La mañana del 14 de abril de 2001, NTV comenzó a operar bajo una nueva administración, siendo ya un canal estatal.
No se puede publicar información positiva sobre los homosexuales o contra Putin
Los periodistas del antiguo NTV intentaron seguir ejerciendo su trabajo en otros lugares, pero el Gobierno los perseguía, cerrando canal tras canal. La situación acabó con dos de los inversores de canales independientes, Vladímir Gusinsky y Borís Berezovky, emigrando del país. El Kremlin con su nuevo tsar, Vladímir Putin, estableció la época de la televisión controlada, siempre triunfante e imperial.
Durante los años siguientes, la mano controladora se expandió también a los medios impresos: revistas y periódicos. Según varias evidencias, el Kremlin pasó a las redacciones “listas negras” de las personas cuyo apellido nunca podía aparecer en la prensa. Existía también una “lista blanca”: sobre Vladímir Putin no se podía dar ninguna información negativa. Putin es el líder perfecto, santo, inteligente, fuerte e ideal, proclamaban al unísono canales y periódicos.
Así, en la “época de Putin”, desde el año 2000, la prensa tradicional en Rusia se convirtió en su mayoría en un mundo de adoración y optimismo. Un par de medios de la oposición existían con tiradas mínimas y mínima financiación, porque ningún propietario quería arriesgar su negocio, promocionándolo en la prensa “herética”.
En aquel imperio de la obediencia alegre, no obstante, hubo una excepción: internet.
Medios digitales rusos
La parte del internet mundial en idioma ruso es conocida a menudo entre los usuarios rusoparlantes como “runet”. Durante la primera década del siglo XXI, el centro de la discusión política y de la prensa libre fue runet. Más que eso: los medios digitales que más influencia tenían no eran en la mayoría de las ocasiones los que se habían desarrollado en la prensa tradicional impresa, sino los medios digitales nativos, los que fueron 100 % digitales desde el principio.
¿Por qué los medios digitales en Rusia habían tenido tanto éxito? Por lo descrito anteriormente, internet era el único espacio en el país en el que la prensa tenía posibilidades de ser libre de verdad. Los lectores lo sabían y eso dio más credibilidad a los periódicos digitales. Es decir, las circunstancias políticas del país habían dado a los medios digitales nativos unas oportunidades excepcionales.
En cuanto a la agenda informativa, Gazeta.ru relevó al canal NTV
Podemos ver un paralelismo cronológico entre la realidad política del país y la de los medios digitales nativos: Putin asumió el cargo de presidente en 2000 y el primer digital nativo ruso, Gazeta.ru, había nacido en 1999. En cuanto a la agenda informativa, Gazeta.ru relevó al canal NTV: cubría los eventos de importancia nacional y mundial.
Por ejemplo, en 1999, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) intervino en el conflicto de Kosovo, Gazeta.ru escribió sobre las limpiezas étnicas y las operaciones serbias contra la población albanesa en Kosovo. Esta información no se podía encontrar en la televisión o los medios impresos de Rusia.
Con su información independiente, en el verano de 1999, Gazeta.ru alcanzó la cifra de 150.000 visitantes únicos al mes. En todas las clasificaciones de prensa digital, este medio se estableció en el primer puesto, dejando atrás todas las versiones digitales de los medios tradicionales más reconocidos del país. Así pues, desde el día de su creación, Gazeta.ru publicó reportajes reveladores sobre los protagonistas de la vida política rusa.
En 1999 se lanzó otro medio digital nativo: Lenta.ru. Según el plan del fundador de ambos medios, Antón Nósik, Gazeta.ru debía ser “un periódico digital diario” y Lenta.ru, “una plataforma de noticias”. El objetivo de este último era muy sencillo: ganar la audiencia más amplia lo más pronto posible.
Y lo consiguió: a finales del año de lanzamiento, la audiencia mensual de Lenta.ru ya era de 150.000 lectores. El fundador del diario digital cree que esta popularidad estaba vinculada con el comienzo de la segunda guerra en Chechenia y la habitual falta de información imparcial en la televisión federal. La necesidad de la población rusa de tener información sobre aquellos hechos hizo crecer la audiencia de Lenta.ru hasta 650.000 personas por mes.
En términos de popularidad y cantidad de lectores, en enero de 2014, Lenta.ru fue el rey absoluto de runet. Durante los años 2011 a 2013, tuvo unos 650.000 visitantes diarios, obtuvo el título de digital más citado en los blogs de runet y, según una investigación de ComScore, fue el quinto sitio web de noticias más visitado en Europa.
En enero de 2014, su audiencia mensual era de más de 20 millones de visitantes únicos, con más de 85 millones de visitas (en comparación, ElPais.com tuvo aproximadamente nueve millones de visitantes únicos al mes). Gazeta.ru, según datos de Alexa.com, era el segundo medio digital más visitado de Rusia, después de Lenta.ru.
Así, los medios digitales nativos habían establecido un nivel de calidad eminente, mientras que los medios tradicionales, al pasarse a internet, emulaban muy a menudo a los nativos y utilizaban sus métodos y herramientas. Y lo que es más, periodistas de los periódicos tradicionales más reputados del país renunciaban a sus puestos para ir a trabajar a los medios nativos de internet.
En enero de 2014, Lenta.ru contaba con más de 20 millones de visitantes únicos al mes
Otra parte importante de runet como espacio libre de información y protesta en Rusia fueron las redes sociales y los blogs. La plataforma de blogs más importante y popular en Rusia durante toda la década de 2000 fue LiveJournal. Se convirtió en una comunidad en la que se expresaban expertos, periodistas y personajes famosos, al mismo nivel en el que daban su opinión personas anónimas.
En 2006 aparecieron las redes sociales rusas: Odnoklassniki y Vkontakte. La primera se quedó reducida a una plataforma de comunicación para excompañeros de estudios. Pero Vkontakte, creado por el joven programador Pável Dúrov, ganó audiencia rápidamente, estableciéndose como la red social más grande e importante del país.
En mayo de 2014, Vkontakte tenía más de 250 millones de usuarios registrados y 60 millones de visitantes únicos al día, un éxito que hizo que la red fuera traducida a más de 50 idiomas. Era la red de la gente joven, interesada en política habitualmente. Lo más importante en este contexto de libertad y éxito mediático era el comportamiento del creador de la red social: cuando, con cualquier pretexto, el Gobierno solicitaba a la red los datos personales de los usuarios, Dúrov se resistía firmemente a facilitarlos.
En 2008, Facebook entró en el panorama de las redes sociales rusas con su versión en idioma ruso. La red estadounidense atrajo principalmente a intelectuales rusos de ámbito urbano: en 2014, el 34 % de los usuarios de Facebook en Rusia procedían de las ciudades con una población superior a 800.000 personas.
Las redes sociales ganaron importancia como agentes del debate político, dando poder a los ciudadanos “normales y corrientes”. Los periodistas comenzaron a buscar a sus fuentes a través de ellas. Los servicios sociales de internet se han convertido en un agente más del proceso de formación de la realidad informativa y el discurso social.
Desde el día de su creación, runet ha sido un espacio vivo, libre e independiente. Al comienzo de esta década, se definía como una comunidad masiva y poderosa, con sus propias autoridades y estrellas. Sin embargo, nació condenada: en ese mismo momento, el Kremlin se decidió a actuar y a ejercer su poder político sobre runet, limitando la libertad de la red y coartando cualquier posibilidad de convivencia.
Movilizaciones en las redes
La ciberguerra del Gobierno ruso contra la oposición empezó el 4 de diciembre de 2011, cuando se celebraron las elecciones parlamentarias de Rusia. Las redes sociales se llenaron aquel día de vídeos y fotos que mostraban fraudes masivos. El periodista de Lenta.ru Ilya Azar descubrió una brigada organizada de falsificación de votos. Todas las papeletas confiscadas estaban marcadas por el partido del poder, Rusia Unida. La noche del 5 de diciembre se anunció el triunfo de Rusia Unida en las elecciones por un amplio margen, con el 49,32 % de los votos.
La parte de la sociedad rusa que utilizaba internet se indignó: “Sentimos que nuestra dignidad había sido ofendida”, describió el profesor de la Universidad de Moscú Artemy Tróitsky.
Ese 5 de diciembre de 2011, más de 5.000 personas salieron a protestar cerca de Chistie Prydi. Varias personas, incluido el opositor Alekséi Navalny, fueron detenidas. Aquella espontánea acción de protesta puso en movimiento una serie de protestas masivas en Rusia, que tuvieron lugar a lo largo del siguiente año y medio.
No obstante, la tensión informativa en runet comenzó antes de las elecciones: en la reunión de Rusia Unida que tuvo lugar el 24 de septiembre de 2011 se anunció que el candidato a la presidencia por dicho partido sería Vladímir Putin. La peor pesadilla de la oposición rusa se hizo verdad: evidentemente, Putin ganaría otra vez las elecciones y sería el líder del país hasta 2018 o, tal vez, hasta 2024.
Desde finales de noviembre de 2011 se desarrolló en internet una campaña propagandística para incrementar la participación en las elecciones. La figura principal que fomentó la participación masiva de observadores en las elecciones parlamentarias fue Alekséi Navalny.
Navalny es el opositor más conocido e importante de Rusia. Abogado de profesión, fue el primer político en Rusia en hacerse famoso a través de internet: creó un blog en LiveJournal en el que publicaba regularmente artículos contra la corrupción, siendo algunos de ellos materiales de periodismo de investigación de alta calidad. En 2011 recibió un premio a la “mejor investigación en runet”. La BBC describió a Navalny como “posiblemente la única figura opositora de peso que ha emergido en Rusia en los últimos cinco años”. Ha sido apodado el “Erin Brockovich” ruso por la revista Time, y nombrado Persona del Año 2009 por el diario Védomosti. Su cuenta de Twitter tiene actualmente más de 630.000 seguidores. Su propio apellido es, en lo que va de año, la tercera palabra que conduce más tráfico de las búsquedas a LiveJournal. En otras palabras, es la verdadera estrella de la época, el enemigo 2.0 de Putin.
Para la campaña electoral de 2011, Navalny creó una estrategia titulada “¡Ni un voto al partido Rusia Unida!”: pedía a sus seguidores que votaran por cualquier partido que no fuera el del poder. Navalny apoyaba su estrategia difundiendo informaciones acerca de los actos de corrupción de algunos miembros de Rusia Unida.
De esta manera, la tensión antes de elecciones se palpaba: incluso tuvo lugar una batalla verbal entre el Kremlin y la oposición. Al recibir evidencias de fraude masivas, Navalny y otros miembros de la oposición famosos llamaron a los indignados para salir a protestar al día siguiente, el 5 de diciembre de 2011.
Octubre de 2012: se aprueba la ley que permite al Gobierno bloquear webs inmediatamente
Al evento inicial le siguieron otros organizados y masivos. La agitación y promoción de ellos tuvo lugar principalmente por internet. En Facebook y Vkontakte se crearon grupos para organizar las acciones de protesta: en la descripción del evento se informaba del lugar y la hora de la reunión y los usuarios podían apuntarse. Blogueros de LiveJournal y usuarios de redes sociales con mucho entusiasmo escribían textos de motivación y compartían las publicaciones, tanto de personas famosas como de los medios de comunicación.
La popularidad del tema “elecciones injustas”, que incluso era el título de la protesta inicial (“¡En contra de las elecciones injustas!”), comenzó a bajar a partir del 7 de diciembre. Desde aquel momento, el discurso se amplió: no se limitó al fraude electoral, sino que también trató sobre el enfrentamiento entre el Gobierno y la sociedad.
El Kremlin pone fin a la libertad digital
“Internet y las redes sociales eran uno de los espacios más libres de Rusia. Pero con la creciente influencia de las redes sociales y la web en el mercado de noticias, el Estado ruso toma cada vez más interés en el ciberespacio. Hace apenas un par de semanas le pregunté al exjefe de Google, Eric Schmidt, sobre el futuro de internet en Rusia. Dijo que, en su opinión, el Estado ruso tiene suficiente dinero, tecnología y profesionales para empezar a controlar el runet, al igual que se hace en el modelo chino”. (Volkov, D. 29 de agosto de 2013)
En diciembre de 2011, el Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa (FSB) presionó al propietario de Vkontakte, Pável Dúrov, para desactivar cuentas de usuarios que promovieran marchas de protesta en las calles y bloquear cinco grupos y dos eventos. Cuatro grupos tenían en sus nombres las palabras “contra el partido Rusia Unida”. Los dos eventos eran invitaciones a las manifestaciones. Dúrov se negó a hacerlo.
El 8 de junio de 2012, Vladímir Putin firmó las enmiendas al Código Administrativo y la Ley de Reuniones, Mítines, Manifestaciones, Marchas y Piquetes. El documento multiplicó las multas por acciones de protesta masivas.
En octubre de 2012 se aprobó la ley que permitía al Gobierno ruso bloquear sitios webs inmediatamente. En la lista de razones del bloqueo aparecieron “pornografía infantil”, “propaganda de drogas” y “suicidio”. Las webs con contenido prohibido, según la ley, debían ser incluidas en la “lista negra”, después de que el proveedor tuviera 24 horas para informar el propietario de la página y demandarlo.
Desde ese momento, el propietario tenía otras 24 horas para eliminar el contenido sospechoso. Si no lo hace, pasado ese tiempo, el proveedor debía bloquear la página prohibida. De esta manera, la ley permitía bloquear un sitio web en tres días.
La “lista negra” entró en vigor el 1 de noviembre de 2012 en la dirección zapret-info.gov.ru. Muchos periodistas lo llamaron el “firewall [cortafuegos] ruso” y sospecharon que, con el pretexto de protección contra la pedofilia, la ley sería utilizada para bloquear sitios webs “no fieles”.
Casi inmediatamente después de que la ley entrara en vigor, los usuarios de internet crearon una petición de cancelación o modificación del documento. En cinco semanas, la petición alcanzó las 100.000 firmas y fue sometida a un grupo de expertos. No obstante, después de un par de reuniones del grupo, el Gobierno anunció que estaba satisfecho con los resultados conseguidos con la nueva ley y que no tenía previsto cancelarla o modificarla.
El 7 de diciembre de 2012, Gazeta.ru fue adquirido por el empresario Alexander Mamut. El 4 de marzo de 2013, el periódico perdió a su editor jefe, Mijaíl Kótov. Según Dmitry Sergéev, director ejecutivo de Gazeta.ru, a Kótov no le gustó la nueva distribución de los poderes entre ambos. El 7 de marzo de 2013, el puesto de editor jefe fue asumido por Svetlana Loláeva, que antes era la vice redactora jefa y trabajaba allí desde 2007. El 8 de septiembre de 2013, Svetlana Loláeva fue despedida y reemplazada por Svetlana Babáeva, que trabajó anteriormente en los periódicos Moskovskie Novosti e Izvestia, ambos vinculados con el poder político.
Asumiendo el cargo, Babáeva aseguró a la audiencia que no habría ninguna revolución: “Gazeta.ru preservará su posición social y política”. No era verdad: en el momento en que Babáeva fue nombrada editora jefa, el 40 % de la redacción ya se había marchado. “Svetlana Babáeva empezó a cambiar la línea editorial hacia una más amistosa con el Kremlin”, confirmó la corresponsal de Gazeta.ru Olga Kuzmenkova en una entrevista personal. “En solo un año arruinaron completamente un periódico tan sólido y poderoso”.
El 21 de noviembre de 2013 empezaron las protestas masivas en Kiev (Ucrania). Pronto se construyó un paradigma de enfrentamiento de ideas prorrusas contra proeuropeas.
El 13 de diciembre, según Dúrov, el FSB le solicitó que traspasara la información privada sobre los organizadores de grupos de “Euromaidán” [nombre dado a la serie de manifestaciones de índole europeísta y nacionalista en Ucrania] en su red social. El fundador de Vkontakte se negó de nuevo a ello.
La revolución en Ucrania era decisiva para el discurso público y la esfera de la comunicación en Rusia. Para prevenir la difusión de puntos de vista diferentes al oficial, las autoridades rusas aumentaron la presión a los medios digitales y las redes sociales, y el enfrentamiento entre el poder y sus detractores se convirtió en una guerra abierta.
El 29 de diciembre fue firmada la ley sobre la responsabilidad penal por la llamada separación de Rusia, con penas de hasta cinco años de prisión. Básicamente, el Gobierno prohibió a los medios de comunicación criticar la anexión de Crimea.
Varios operadores suprimieron a Dozhd del paquete de la televisión por cable
A finales de enero de 2014 empieza el ataque a Dozhd, un canal de televisión digital de carácter muy oposicionista. Un día antes del aniversario del final de la ocupación de Leningrado, el 26 de enero de 2014, Dozhd publicó en su página una encuesta que provocó un escándalo. En el programa de historia del canal, llamado “Los aficionados”, los periodistas estaban hablando con el escritor Viktor Erofeev sobre la ocupación de Leningrado y acerca de si hubiese habido alguna manera de disminuir la cantidad de víctimas. Durante esta discusión, en el estudio –en directo– resonó la pregunta: “¿Hubo que dejar Leningrado para poder salvar cientos de miles de vidas?”. Esa misma pregunta fue repetida en las redes sociales del canal: Twitter, Facebook y la red rusa VK. Muchos usuarios de Twitter reaccionaron inmediatamente, tachando la pregunta de “ofensiva” y calificándola de “sacrilegio”. Unos 20 minutos después, la pregunta fue eliminada de las redes sociales y el redactor jefe de la página web del canal pidió disculpas a todos los seguidores.
Pero el escándalo ya había empezado. La diputada de la Duma [cámara baja del Parlamento ruso] y miembro del partido Rusia Unida, Irina Yarováya, consideró la encuesta del canal como “un intento de exculpar al fascismo” y dijo que equivalía a un delito penal. Y el ministro de Cultura, Vladímir Medyinsky, tuiteó: “Yo no sé cómo llamar a esa gente. Son inhumanos”. Después de la ola de críticas hacia el canal, empezó un ataque de carácter económico. El 28 de enero de 2014, el presidente de la Asociación de la Televisión de Cable de Rusia y copropietario de Akado, Yuri Pripachkin, propuso eliminar a Dozhd del paquete de la televisión por cable. La propuesta fue tomada en serio: el 29 de enero, varios operadores de la televisión por cable suprimieron a Dozhd de su oferta de canales.
La directora del canal, Natalia Sindéeva, explicó que todo el escándalo no fue nada más que un pretexto para cerrar el canal opositor al Kremlin. Según Sidnéeva, la operación gubernamental contra el canal empezó después de la transmisión de una información sobre las propiedades inmobiliarias de funcionarios de alto nivel, que tuvo lugar el 30 de noviembre de 2013. Afirmó que, a partir de aquel día, el Kremlin solo estaba buscando una razón para el cierre. La mayoría de los medios y periodistas liberales apoyaron la versión de Sindéeva. La organización Reporteros Sin Fronteras lo calificó como “una campaña sin precedentes de presión a la prensa libre”.
Como muestra de apoyo al canal y a la libertad de expresión, parte de la audiencia empezó a comprar suscripciones anuales al canal (las más caras). Según Sindéeva, en una tarde, la cadena consiguió las ventas de una semana.
No obstante, la batalla entre los proveedores (y la supuesta influencia política que hay tras ellos) y el canal independiente terminó de manera trágica para Dozhd. El 4 de marzo de 2014, en la sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de Presidencia, Natalia Sindéeva confirmó que el canal no tenía suficientes medios económicos para seguir su lucha: “Nos queda un mes de vida. En un mes tendremos que cerrar. Sin ingresos de publicidad, sin ingresos de distribución, hemos perdido alrededor del 80 % de nuestros ingresos; no tenemos ninguna posibilidad de sobrevivir”. Posteriormente, el canal convocó una “maratón de apoyo a Dozhd”, pidiendo a su audiencia que donara dinero para prolongar la vida del canal. Les ofrecieron varias opciones: simplemente haciendo una transferencia, los admiradores del canal podrían comprar unos regalos con los símbolos de Dozhd. Consiguieron dinero para seguir trabajando durante el verano, pero tuvieron que despedir a la mitad de los empleados.
Desde febrero de 2014, el bloqueo de las webs puede realizarse en tan solo 15 minutos
El ataque del Kremlin, mientras tanto, continuaba. El 1 de febrero de 2014 entraron en vigor las enmiendas a la ley sobre información. Presentadas como “antiterroristas”, las enmiendas tuvieron un poder evidente de censura: dieron al Gobierno poder para restringir el acceso a una amplia gama de recursos informativos, entre ellos, sitios webs en los que “se propaguen llamamientos a los disturbios, actividades extremistas y participación en actos públicos masivos”.
El bloqueo de las páginas podría ser realizado en tan solo 15 minutos: las enmiendas liberaron al Gobierno de la necesidad de esperar una decisión judicial, como ocurría anteriormente, para impedir que se usara internet con fines “extremistas”. Durante el primer día de funcionamiento de la ley, Roskomnadzor, la autoridad de telecomunicaciones rusa, bloqueó cuatro páginas por contener “información extremista”.
El 12 de marzo despidieron a Galina Tímchenko, la editora jefa de Lenta.ru. En este caso, pusieron en práctica la nueva ley: bloquearon el medio digital sin orden judicial por publicar una entrevista con el líder del movimiento nacionalista ucraniano, Pravy Sector.
Lenta.ru eliminó el contenido, pero los propietarios despidieron a Tímchenko sin añadir explicaciones. Decidieron que el motivo del despido era hacer un trabajo periodístico contrario al Kremlin. El despido provocó una ola de descontento en runet, a la que las autoridades rusas contestaron con más cierres y limitaciones: el 13 de marzo, otra vez utilizando las enmiendas de febrero, bloquearon las páginas webs de carácter oposicionista Grani.ru, Kasparov.ru y Ej.ru. La redacción de Grani.ru se dirigió al tribunal, si bien la demanda fue desestimada: el juicio aceptó el bloqueo como legítimo.
También fue prohibido y bloqueado el blog de Alekséi Navalny, lo que ya no dejó lugar a dudas sobre los fines y disposiciones del poder. Junto con el blog de Navalny en LiveJournal, bloquearon la página web de la radio Eco de Moscú, que publicaba los artículos de Navalny en su sección de Opinión. El bloqueo fue revocado una vez que la redacción eliminó todos los artículos de Alekséi Navalny. También pidieron a Pável Dúrov que eliminara un grupo de apoyo al opositor. Dúrov se volvió a negar.
El 1 de abril, Pável Dúrov anunció en su blog que dejaba el cargo de director general de Vkontakte, explicando su dimisión como una consecuencia de la reducción de “la libertad para manejar la compañía”. Retiró su renuncia el 3 de abril. No obstante, en menos de tres semanas, el 21 de abril, el Gobierno utilizó las dudas de Dúrov contra él. “Hoy el Consejo de Administración de Vkontakte, ‘de repente’, estimó que la retirada de mi solicitud de renuncia hecha el 3 de abril (la cual aceptaron públicamente) ‘no cumplía los requisitos de admisión’, por lo que estoy liberado del cargo de director automáticamente. De tal manera que Vkontakte pasa a estar totalmente bajo control de Igor Sechin y Alisher Usmanov”, explicó el fundador de la red social. Dúrov subrayó que nadie le comunicó nada sobre su expulsión del cargo en persona: lo leyó en las noticias.
De esta manera, la comunidad liberal perdió otra batalla contra el poder en la ciberguerra por el runet libre: la red social más grande de Rusia pasó a estar bajo control gubernamental. El 22 de abril, Dúrov anunció que dejaba Rusia y que no tenía previsto volver: “Lamentablemente, el país no es compatible ahora con el desarrollo sano de un negocio en internet”, comentó.
El 22 de abril, el mismo día que Dúrov anunció su marcha, la Duma aceptó un nuevo paquete de enmiendas al control del ciberespacio, esta vez con el pretexto de la lucha antiterrorista. Se introdujeron dos innovaciones importantes, una de las cuales estaba relacionada con el control de los usuarios rusos en plataformas extranjeras: exigía a los “organizadores de la difusión de la información en la web” guardar la información sobre “los hechos de la recepción, transmisión, entrega y procesamiento de voz, escritura, imágenes, sonidos u otros modos de mensajes digitales”, así como información sobre los propios usuarios, durante los seis meses posteriores a su creación en el territorio ruso. La reforma va a entrar en vigor en 2016.
La ley iguala a los blogs con más de 3.000 visitantes diarios con los medios
Los medios de comunicación interpretan las nuevas enmiendas como el paso hacia el control de las publicaciones en Facebook, Google y Twitter. También hay una versión que dice que van a limitar la libertad de movimiento de un ciudadano ruso: será imposible reservar un hotel en Francia o recibir el visado turístico sin ayuda del Gobierno.
La segunda innovación introducida por las enmiendas afecta directamente a los blogueros y su libertad de expresión. La ley iguala a los blogs con más de 3.000 visitantes diarios con los medios de comunicación. Así, la página de cualquier bloguero podría ser cerrada por las mismas razones que los medios: información extremista, propaganda de homosexualidad, información sobre suicidio o drogas.
También los blogueros tendrán que verificar la información que publiquen y cumplir la ley durante las campañas electorales, sin posibilidad de dar prioridad a su candidato favorito. La innovación fue bendecida por el mismo Vladímir Putin: “Si una persona particular tiene impacto en miles, decenas de miles de personas, entonces, en principio, su blog no es muy diferente de los medios de comunicación”, dijo.
El 5 de mayo fue aprobada una ley más: esta vez se introducía la responsabilidad penal para “la exaltación del nazismo y la divulgación de informaciones falsas sobre la actuación de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial”. Un claro mensaje para el canal Dozhd y el escándalo provocado por su encuesta. La nueva norma prevé la imposición de multas para quienes profanen monumentos relacionados con la gloria militar y efemérides de la Federación de Rusia.
El mismo día fue promulgada otra nueva ley que incrementaba de diez a 15 años la sanción máxima para los organizadores de disturbios públicos con violencia. Así, el Kremlin prohíbe a la vez ataques a la nueva ideología patriótica del país y agravó la presión sobre las fuerzas de la oposición.
Después de la ley patriota, la cadena de innovaciones represivas se detuvo por un momento. No obstante, durante el mes de mayo, los diputados rusos anunciaban más ideas en el terreno del control del ciberespacio, cada vez de carácter más y más restringido.
El 15 de mayo, el diputado Andrey Lugovoy propuso igualar los buscadores y agregadores con los medios de comunicación. El equipo de la empresa Rambler contestó inmediatamente que igualar los buscadores con los medios sería lo mismo que igualar los medios con los quioscos de prensa.
La otra propuesta va en la línea de controlar Twitter y Facebook en Rusia, las plataformas que aún consiguen mantenerse fuera del control gubernamental del país. En una entrevista en el periódico Izvestia, Maxim Ksenzov, vicedirector de Roskomnadzor, dijo que el Gobierno tiene posibilidad de bloquear las redes extranjeras en un día y “no ve mucho peligro” en tal actuación.
Naturalmente, las palabras de Ksenzov se convirtieron en uno de los tópicos de discusión más populares en runet y los medios de comunicación. Ese mismo día se pronunció el primer ministro de Rusia, Dmitri Medvedev, irónicamente, a través de Facebook: “Yo, como un usuario activo de las redes sociales, opino que todos los participantes tienen que preservar la ley del país, tanto los usuarios como las mismas redes. No obstante, algunos funcionarios particulares tienen que utilizar la cabeza y no conceder entrevistas con anuncios del cierre de las redes sociales”.
El periódico ruso The New Times, por su parte, subrayó que “el espacio libre de información, que todavía se considera a internet, se está estrechando con una rapidez creciente”.
¿Rusia será como Corea del Norte?
En este momento, la comunidad rusa ve la situación desde el punto de vista más pesimista. El 23 de abril, la revista digital Hopes&Fears publicó un artículo titulado “Cómo runet ha perdido su libertad”.
La prensa extranjera constata que “los medios controlados fácilmente por el Gobierno son todos los medios de Rusia”.
El 29 de abril, el periódico Kommersant publicó un artículo sobre el tema, basado en información exclusiva, con el subtítulo “Runet está siendo preparado para el control total”. Según esta información, las autoridades rusas se encuentran en proceso de elaboración de un paquete de herramientas de control para los proveedores web. Quieren controlar los contenidos digitales en todos los niveles y prohibir la posibilidad de localizar los servidores DNS del dominio .ru fuera de Rusia.
El plan, que existía desde el 29 de abril, incluía la creación de tres niveles de redes de datos: local, regional y nacional. La conexión de las redes locales y regionales debía estar prohibida.
Sin embargo, los expertos técnicos entrevistados por los reporteros del periódico indicaron que realizar dicho nivel de control sería casi imposible hoy en día. Dmitri Peskov, portavoz de Putin, dijo que “el objetivo del Gobierno es proteger los intereses nacionales de Rusia sin hacer más lento el desarrollo, sin derruir la competición”.
Las palabras de Peskov, aunque niegan la posibilidad de un firewall como el chino en Rusia, confirman las intenciones de controlar el ciberespacio y no permitir la variedad de opiniones sobre la política nacional y la ideología.
En este entorno gris –con el niño prodigio de la tecnología rusa, Pável Dúrov, dejando al país; el carismático opositor, Alekséi Navalny, siendo arrestado, y el poder estrechándose cada día–, muchos eligen escapar. El redactor jefe de la revista Afisha publicó en su Facebook tras la destrucción de Lenta.ru un consejo para los jóvenes rusos: “Elegid profesiones que no sean la de periodismo”. Runet está lleno de artículos titulados “Cómo recibir la ciudadanía europea”, y la radio Eco de Moscú organiza tertulias sobre emigración.
Mientras tanto, Vladímir Putin parece haber encontrado la imagen de Rusia que le favorece: después de la anexión de Crimea, su popularidad aumentó drásticamente. La población rusa se ve como un imperio poderoso, e incluso algunos de los exseguidores de Navalny apoyarían a un nuevo Putin fuerte. Rusia se está haciendo una imagen de imperio patriótico, “überruso”, seguro de sí mismo e “insuperable”, y, según la encuesta de Levada-Centre, la mayoría de la población prefiere tener “menos dinero y libertades” para vivir en un país “fuerte”.