Recortes al derecho a la información
Cuando hace once años se publicó el primer número de Cuadernos de Periodistas, tenía un objetivo principal: promover el debate de los periodistas sobre asuntos profesionales. Hoy, el debate está en todos los foros en los que se junta un grupo de reporteros.
Nada más esperanzador para nuestro futuro que cómo hemos levantado todos la voz, al unísono, en el mismo momento en que se conoció la posibilidad de que una norma en tramitación en el Congreso, la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal, trate de eliminar lo que el poder ha llamado “pena de telediario”, de la manera más fácil, limitando la labor de los periodistas. Un recorte al derecho a la información que ya se ha intentado antes con lo que algunos denominan “juicios paralelos”. Entonces, y ahora, como ha ocurrido también con la conocida como “ley mordaza”, los periodistas –gráficos y literarios, de prensa escrita en papel y digital, de radio y de televisión– han levantado la voz para decir no. Y además, y gracias a las redes sociales, muchas personas ajenas a la profesión nos han acompañado en ese grito de protesta.
El debate, pues, está ahí: en la profesión y en la sociedad; y, desde estas páginas, la Asociación de la Prensa de Madrid lo seguirá alimentando, propiciando, alentando y abriendo, como hacemos cada vez que emitimos un comunicado o cada vez que publicamos un completo informe en Cuadernos de Periodistas, en esta ocasión dedicado a analizar la situación de la libertad de expresión en España y en el mundo. Cuáles son los riesgos que nos amenazan, que no siempre parten de los poderes públicos, sino de los económicos, y también de otros factores como la precariedad laboral y los bajos salarios, que nos hacen más vulnerables a la hora de afrontar los retos con los que tenemos que convivir todos los días, puesto que coaccionan nuestras mentes y nos hacen menos libres.
Los riesgos que nos amenazan no siempre parten de los poderes públicos, también de los económicos y de otros factores como la precariedad
De todo eso habla este número de Cuadernos de Periodistas: de lo que hablamos todos los días los periodistas, porque son los hechos que mueven nuestros comentarios en las redacciones, en las charlas de café, en las reuniones y en las tertulias privadas, no de cara al público, sino las que mantenemos entre nosotros.
Y por qué no: de los riesgos que las nuevas tecnologías han traído a la profesión, de cómo internet, las redes sociales, han cambiado no ya nuestra vida –que lo han hecho y mucho, y para bien–, sino nuestra profesión, sin que aún sepamos cómo hacer para que esta auténtica revolución –con la cual tenemos que convivir– se convierta en un negocio que haga pervivir el periodismo. Y de todo eso, con el espíritu crítico que debe tener todo debate que no se conforme con el enunciado, que busca soluciones, hablamos en Cuadernos de Periodistas.
Por lo tanto, llega a vosotros un nuevo debate sobre periodismo, enfocado desde muy diversos puntos de vista, y que trata de ahondar en lo que ocurre en casa y fuera, incluyendo la carta que el excorresponsal político principal del diario británico Telegraph, Peter Oborne, escribió para explicar su dimisión, por estar en desacuerdo con lo que estaba ocurriendo en su periódico, porque era todo menos periodismo, porque los rasgos esenciales del periodismo eran los que menos importaban ya en un medio de comunicación. Esta carta, que honra a su autor y nos debería servir de ejemplo, no trata de ser tanto una crítica como una llamada de atención a lo que nos está pasando y a lo que nos puede pasar si no seguimos levantando la voz, como ha hecho Peter Oborne.
Carmen del Riego