Carta a los lectores

Prospectiva pos-COVID

©MIGUEL BERROCAL

Escrito por Juan Caño

Este nuevo número de la revista Cuadernos de Periodistas trata de describir, entre otras cosas, cómo va a evolucionar nuestro mundo periodístico en el futuro más o menos inmediato, el que nos aguarda a la vuelta de la esquina tras la COVID.

Precisamente, esa tarea de adelantarse a lo que viene es una de las misiones más loables de Cuadernos. La tarea es peliaguda. Paul Valery acuñó la frase “el futuro ya no es lo que era”, y me parece que puede aplicarse al periodismo mucho más que a ninguna otra profesión. Nuestro futuro, risueño hasta finales del siglo pasado, ha quedado trastocado con la implantación de la tecnología digital y ya no es lo que era: ahora vivimos el duro proceso de la reinvención.

Dos de los trabajos sobre este tema que aparecen publicados en el presente número me invitan a compartir unas ligeras reflexiones a modo de prólogo. El primero es el artículo de José Antonio González Alba sobre el teletrabajo. La mayor parte de las personas a las que entrevista prevén que el teletrabajo implantado durante estos tiempos de pandemia ha venido para quedarse y marcará nuestro futuro.

Sin embargo, los beneficios aparecen dudosos, al menos para el periodismo, aunque sirvan para mejorar la cuenta de resultados de las empresas y ayuden a la conciliación de la vida personal.

Una encuesta sobre los efectos del teletrabajo revela que muy poco más de la mitad de los preguntados considera que ayuda a mejorar la eficiencia en las redacciones, y solo un 34% piensa que el teletrabajo tiene efectos positivos sobre la creatividad.

A mí se me ha caído el alma a los pies cuando he visitado alguna redacción meses atrás y la he visto semivacía. Enseguida pensaba que al periódico del día siguiente le faltaría chispa, que adolecería de esos comentarios ingeniosos de los compañeros cuando se busca un enfoque, un ángulo novedoso o un titular con garra y entra en funcionamiento el trabajo en equipo.

Me preocupa que el teletrabajo deshumanice nuestra profesión y la someta todavía más a la dictadura de Google

Más me preocupa todavía que el teletrabajo deshumanice nuestra profesión y la someta todavía más a la dictadura de Google. Parafraseando al papa Francisco que pedía curas con olor a oveja, podríamos decir que necesitamos más que nunca periodistas con olor a calle, que pateen la calle para buscar o verificar las noticias y las contextualicen con el aroma de la realidad vivida en directo y no a través del ordenador.

Porque una vez en casa y teletrabajando, la tentación de no salir a la calle (para qué, si lo busco más rápido en internet) puede ser demasiado poderosa.

El otro trabajo que deseo reseñar es la reproducción de la interesante conversación entre Alan Rusbridger y Rasmus Nielsen, dos gigantes del periodismo, uno profesional y el otro académico. Cuadernos ha tenido el acierto de seleccionar esa charla y traducirla.

Rusbridger ha sido uno de los mejores directores que ha tenido el diario The Guardian en su larga historia y acaba de publicar el libro News and How to Use It, motivo por el cual le invitó a charlar Rasmus Nielsen, director del prestigioso Instituto Reuters, que desde la Universidad de Oxford se dedica a estudiar tendencias periodísticas.

Rusbridger afirma que vivimos una época de caos informativo y que uno de los problemas más acuciantes es la recuperación de la confianza de las audiencias.

Realmente, la gente ya no sabe muy bien en qué creer, a quién creer, cómo averiguar la verdad. Es la gran batalla que tienen que dar los medios tradicionales para reivindicar el valor de su servicio. Como dice el New York Times en una campaña recién lanzada para obtener suscriptores, “la verdad merece la pena”.

Este número de Cuadernos también incluye otros valiosos artículos, entre ellos el de Felipe Sahagún, que ha tenido la santa paciencia de perseguir a los expresidentes de la APM para que contaran motu proprio qué sucedió durante su paso por la Asociación. Espero que lo disfrutéis.