23/01/2024

Precarización del sector

Un día de la pasada primavera

Protesta de los 'miércoles negros' en la redacción de 'El Mundo'. Foto: comité de empresa de 'El Mundo'

Escrito por José Ignacio Wert Moreno

En la primavera de 2023 comenzaron las reivindicaciones laborales protagonizadas por periodistas de distintas redacciones conocidas como "miércoles negros".

 

*JOSÉ IGNACIO WERT MORENO

Reivindicación de recuperación salarial durante un 'miércoles negro' en 'El País'. Foto: comité de empresa de 'El País'

Un día de la pasada primavera, los trabajadores de El País encontraron un sobre encima de sus mesas. Contenía un puñado de láminas con viñetas de El Roto. Era la gratificación con la que la empresa celebraba con sus empleados el último hito conseguido en la captación de suscriptores. Sin menospreciar el arte del dibujante Andrés Rábago, el comité de empresa apreció una diferencia demasiado sustancial respecto a los 25.000 euros que, por el mismo motivo, había recibido el consejero delegado de la compañía.

Fue el momento en el que se decidieron a actuar para ver reconocidas sus reivindicaciones laborales. Y optaron por sumarse a una iniciativa que ya habían puesto en marcha sus compañeros del diario El Mundo. Comenzaban a extenderse los “miércoles negros”.

“Miércoles negros”. Un día de la semana asociado a ese color evocaba inevitablemente los “viernes negros”, una acción reivindicativa de algunos trabajadores de la Corporación RTVE llevada a cabo en 2018. Tenía que ver fundamentalmente con lo que sus promotores pensaban que eran las mejores medidas para garantizar la independencia, pluralidad e imparcialidad de la televisión y radio pública. Aquí se trata únicamente de condiciones laborales.

Los comités de empresa de los medios de comunicación privados no suelen meterse en asuntos relativos a las líneas editoriales. Podríamos traer a colación el caso del de COPE, dominado entonces por CC. OO., que se preocupó por la viabilidad de la empresa y el futuro de los puestos de trabajo durante el proceso de salida de la cadena de Federico Jiménez Losantos, en 2009.

Los “viernes negros” fue una acción reivindicativa de algunos trabajadores de la Corporación RTVE llevada a cabo en 2018

Tanto la naturaleza como el origen de los “miércoles negros” son muy distintos. La inflación desbocada del año 2022 hizo las veces de catalizador. Ahí está el germen de las conversaciones iniciales que se establecen entre varios comités  de empresas periodísticas españolas. En marzo de 2023 se celebra una reunión importante con representantes sindicales de grandes medios nacionales y locales. No se llega a consensuar ninguna acción conjunta. Sí se acuerda que cada uno apoyará al otro en las iniciativas que decida llevar a cabo.

Pero en la redacción de El Mundo -y en las otras cabeceras y empresas ligadas a Unidad Editorial, como Marca o Expansión- se tiene la convicción de que algo hay que hacer. Llevan 15 años con los salarios congelados. Calculan que, en ese tiempo, se ha acumulado una pérdida de poder adquisitivo del 25%. Los demás grupos sondeados en aquellos contactos iniciales manejan cifras parecidas. Se plantean ir a la huelga, se plantean protestar ante las grandes juntas de accionistas. Tienen claro que tiene que ser algo que tenga repercusión en los grandes medios y en las redes sociales.

“Las cabeceras suelen reaccionar cuando les tocas la imagen”, piensan en el comité de empresa de El Mundo. De modo que en la sede de Avenida de San Luis, 25 deciden acudir a trabajar cada miércoles vestidos de negro. Además del código indumentario, los trabajadores que sigan la propuesta saldrán 15 minutos a la puerta de las instalaciones y pronunciarán unas palabras. Se retratarán en fotos para subir inmediatamente a las redes sociales. Cada miércoles concluye con un repaso de la semana y la toma de la decisión de continuar otros siete días más o no.

Empiezan el 19 de abril. Los promotores declaran sentirse sorprendidos por la unanimidad y la unidad. El propósito inicial no tarda en verse materializado: la empresa los cita con cierta premura para sentarse a negociar.

Además del código indumentario, los trabajadores salían a la puerta y se retrataban en fotos para subir inmediatamente a las redes sociales

La situación era parecida en los demás grupos editores y cabeceras, cada uno con sus particularidades. En Prisa se acumulaban ya doce años sin ver actualizados los salarios. Calculaban entre un 22 y un 23% de pérdida de poder adquisitivo. Siguen pesando las consecuencias del ERE llevado a cabo en 2012. En ese mismo periodo se llevaron a cabo algunas reducciones de sueldo que jamás se remontaron. Más el efecto del IPC.

Trabajadores de 'ABC' protestan un 'miércoles negro' demandando una subida salarial. Foto: comité de empresa de 'ABC'

En ABC van más allá, y apuntan a un 35% de bajada en la última década, unida al aumento de la carga de trabajo. Venían de pasar dos expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) derivados de la pandemia. El primero afectó al personal gestor y administrativo del diario y el segundo, ya a sus profesionales periodísticos. Llegaron los recortes, en un tanto por ciento proporcional, para los sueldos superiores a los 25.000 euros anuales.

Una de las señas de identidad más sobresalientes de las condiciones laborales en ese periódico estaba en su plan de pensiones. Las aportaciones quedaron paralizadas durante buena parte de 2021 y la totalidad de 2022. A todo esto hay que sumar una nutrida partida de despidos nada más finalizar el periodo de protección de los puestos pactado hasta el pasado enero. En su comité los definen como “aleatorios” y “sin justificación”.

En La Vanguardia también se produjeron reducciones. Una persona de su comité de empresa trae a colación su caso personal: un 20% menos de retribución. En estas y otras redacciones deciden sumarse a los “miércoles negros”.

Es una reproducción fiel del esquema que ha definido la redacción de El Mundo. Coinciden en la idea de visibilizar. Primero se suma El País. En general, la recepción en los distintos comités de las publicaciones del grupo Prisa fue muy buena. Hay “miércoles negros” en la Cadena SER y en Cinco Días.

Vista la repercusión, se añade La Vanguardia desde el Grupo Godó. También ABC, aunque desde su comité se considera que su panorama es peor dentro de la situación mala, en líneas generales, que atraviesa el sector en su conjunto.

Las fotos se pueden hacer en lugares distintos a los de la entrada principal. Determinados puntos de la redacción, por ejemplo. Son siempre encuentros muy breves que buscan la inmortalización fotográfica y la viralización. No afecta al volumen de trabajo, es un paréntesis muy pequeño. Pero parten de la citada idea de que la imagen en plataformas como X -antigua Twitter- puede ser considerada muy lesiva por los editores.

En El País, sin embargo, creen que lo conseguido durante estos meses no se explica tanto por esta iniciativa como por el anuncio de huelga realizado al filo del inicio de la campaña electoral del pasado mes de julio. “Una protesta en internet no deja de ser una protesta en internet, no es real”, apuntan desde el comité de empresa. Según este punto de vista, convertirse en trending topic o generar mucha conversación dentro de la burbuja del periodismo puede crear una falsa sensación de victoria.

Generar mucha conversación dentro de la burbuja del periodismo puede crear una falsa sensación de victoria

La idea de ir a los paros obtiene un gran respaldo dentro de Prisa. Se plantea que abarquen, incluso, la propia jornada electoral. El comité celebra que la mera convocatoria active la negociación, después de un año. Finalmente, no es necesario ir a la huelga. No había habido una actitud obstruccionista, pero solo es el anuncio el que los sienta a la mesa de manera efectiva. “Las huelgas funcionan…, aunque no se hagan”, se viene a sacar a modo de conclusión.

Concentración de trabajadores de 'La Vanguardia' en su sede en Barcelona. Foto: comité de empresa de 'La Vanguardia'

En La Vanguardia también estaban decididos a ir a esta fórmula. La negociación de un nuevo convenio comenzó justo la víspera de pasar de las palabras a los hechos. Se barajó alguna medida intermedia, como no firmar las noticias, que fue desechada por los escollos legales encontrados por el camino.

En Prisa se descarta exigir una subida de sueldo igual a la del IPC, un planteamiento que todas las fuentes consultadas coinciden en calificar de irrealizable. Conscientes de la precarización por la que atraviesa la industria, optan por pedir el 4% que acababan de pactar la patronal y los principales sindicatos de clase. Los redactores del diario El País cobran un mínimo de 33.000 euros anuales una vez que sus contratos dejan de ser en prácticas.

Tradicionalmente, su convenio ha sido considerado uno de los mejores de los medios de comunicación en general y de la prensa diaria en particular. “Si eso es así”, afirman en el comité de empresa, “ha sido por la lucha colectiva del periódico a lo largo de su historia”.

En ABC también se basaron en el acuerdo general entre patronal y sindicatos para terminar de perfilar su propuesta, notificada a la empresa en julio, que pasaba por unas subidas del 4% para este año y del 3% para los dos años siguientes. En septiembre recibieron el “no” por respuesta. En el momento de escribir este artículo, habían comenzado las negociaciones para la renovación del convenio.

Los trabajadores del Grupo Godó consiguieron una partida económica concreta que luego fue repartida entre los empleados. Esto se tradujo en alzas de sueldo generalizadas; aunque conforme se iba subiendo en el escalafón, estas iban resultando menos significativas.

Algunos análisis internos apuntan a la familia propietaria de La Vanguardia como tradicionalmente interesada en ofrecer una cierta imagen de preocupación por el trabajador. Imagen que una acción de estas características no puede sino empañar, ya sea en mayor o menor medida. Desde Barcelona, que es donde está el grueso de la plantilla, se quiso conseguir una subida lineal para el conjunto de los trabajadores. Para cuando empiezan los “miércoles negros” en esa cabecera, se acumulaban ya nueve meses de negociaciones.

Como hemos visto, las condiciones salariales, en general, y la recuperación de poder adquisitivo tras la subida descontrolada del IPC sobre todo durante 2022, en particular, han sido el núcleo de las reivindicaciones que terminaron desembocando en la puesta en escena de los “miércoles negros”. Fuera de los asuntos estrictamente salariales, hay una reivindicación laboral que se destaca muy claramente por encima de cualquier otra: el teletrabajo.

Existe cierto consenso en señalar que esta fórmula sacó adelante los diarios durante los meses de confinamiento estricto, en la etapa más dura de la pandemia de la COVID-19 durante la primavera de 2020, sin demasiadas alteraciones en el resultado. Las empresas han tendido a mostrarse reticentes a adquirirlo como costumbre.

Más allá del incremento salarial, la reivindicación laboral más repetida ha sido la del teletrabajo

Los regresos a la oficina se han impuesto al desempeño de las obligaciones laborales desde casa. Las empresas periodísticas no han sido una excepción. Los profesionales consultados subrayan que es un elemento fundamental para la conciliación con la vida personal y que, en estos tiempos de carestía, no puede dejar de tenerse en cuenta el factor ahorro en gastos relacionados con el transporte, sobre todo el combustible.

En Unidad Editorial han separado esa negociación. Intentan acordar cuántos días podría acogerse a esa fórmula el trabajador. En Prisa decidieron olvidarse de ese asunto. Su prioridad fue el sueldo, ante el temor de que el teletrabajo fuera usado como excusa para no terminar de aminorar los efectos de la subida del IPC.

En Godó también rechazaron la idea de hacer causa con este asunto. Consideran que es un tema que depende de la organización interna que decida la dirección del diario La Vanguardia. Está sobre la mesa tener un día a la semana en la que sea posible trabajar bajo este sistema. En ABC creen que debe plantearse como una contrapartida al hecho, precisamente, de no ver recuperado el poder adquisitivo perdido durante todos estos años.

El balance de los “miércoles negros” es particularmente positivo en la empresa que los impulsó. Unidad Editorial consiguió activar la negociación con mucha rapidez una vez llevada a cabo la iniciativa. Asimismo, se desarrolló y culminó también con bastante celeridad. La recuperación de poder adquisitivo se materializó en una paga extraordinaria compensatoria.

Con un IPC que sigue al alza -cosa distinta es la velocidad a la que suba-, está justificado el temor a que la medida acabe devorada por la subida de los precios al cabo de no demasiado tiempo, volviendo así al punto de partida. En la redacción de El Mundo tienen la idea de consolidar esa paga extraordinaria para los años venideros con el fin de evitar ese efecto. La sensación general es que se sale de la reivindicación mejor de lo que se entró, siempre teniendo en cuenta la situación actual de la prensa diaria.

El seguimiento que la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha venido realizando de estas movilizaciones ha permitido comprobar cómo se han ido sumando a ellas medios de todos puntos de España, como la editora Promecal, Canal Sur, TV Canarias, El Periódico de Catalunya y Diario de Cádiz, entre otros.

Todos los promotores consultados coinciden en hablar de la idea de “visibilización”. Pese a la disparidad de los resultados conseguidos hasta ahora, sí puede afirmarse que esa viralización de la protesta, más visible internamente en círculos periodísticos que en el conjunto de la sociedad, se ha traducido en algunos resultados que no pueden dejar de tenerse en cuenta. Quizá solo hacía falta hacer una llamada de atención.

Con o sin iniciativas de este tipo, la industria periodística no puede dejar pasar ya más tiempo antes de abordar la precarización del sector, que aleja cada vez más a sus profesionales de la clase media.

La industria periodística no puede dejar pasar más tiempo antes de abordar la precarización del sector

No puede decirse que sea un fenómeno exclusivo del gremio, pero sí que en él está particularmente acentuado. La consulta de los sucesivos Informes Anuales de la Profesión Periodística que al respecto edita la APM arroja datos muy ilustrativos en esta línea. Sería deseable que los “miércoles negros” dejen de ser necesarios muy pronto.

 

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